A la comunidad diocesana toda ante las Fiesta Patronales(Avellaneda-Lanús 15/08/2007)
En reiteradas oportunidades nos hemos manifestado frente a las "Fiestas Patronales", fiesta de la asunción de nuestra mamá María, desde la opción por los pobres y la visión liberadora del Evangelio.
Hoy volvemos a levantar nuestra voz, cuando vemos como impunemente se quiere utilizar un acto de religiosidad popular con fines netamente partidarios en un año electoral.
Y en ese sentido, nos preguntamos: ¿A qué responde la presencia del candidato a gobernador y actual vicepresidente de la Nación, Sr. Daniel Scioli en la procesión del día 15 de agosto en la ciudad de Avellaneda?. Mucho más cuando su candidatura es fuertemente cuestionada por no residir en la provincia y no cumplir con los requisitos que exige la ley electoral para poder ser candidato. Ya sabemos lo que representa, lo peor de la década menemista.
Como lo hiciéramos frente a las Patronales de 2002, con la sangre derramada de Maxi y Darío (miembro de nuestra Diócesis) aún fresca, hoy volvemos a plantear que las Fiestas Patronales deben ser un punto de encuentro fraternal de la comunidad diocesana toda, sin mezquindades ni privilegios de ningún tipo, porque todos/as somos hijos/as del mismo Padre-Madre. Rechazamos que el Sr. Intendente, su gabinete, los "honorables" concejales y seguramente también el candidato-vicepresidente sean sentados en un lugar de privilegio, cuando todos/as somos pueblo de Dios.
Es oportuno recordar en este 15 de agosto, fiesta de la asunción de nuestra mamá María, lo que relata el Magnificat.. .
"...Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios, derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes, a los hambrientos le dio su pan y despidió a los ricos con las manos vacías..."
En este mes de agosto también queremos hacer memoria de nuestro padre obispo Enrique Angelelli, asesinado el 4 de agosto de 1976 por la dictadura militar en Punta de los LLanos y comprometernos a seguir andando en el camino de la memoria, la verdad y la justicia. Ese caminar no es fácil, implica enfrentarse a quienes detentan el poder, no solo político, económico sino también eclesiástico.
Y no podemos dejar de decir frente al juicio que enfrenta el "sacerdote" Christian Von Wernich, que como Iglesia particular de Avellaneda estamos en falta con quienes aún permanecen desaparecidos/ as y con sus familiares.
Porque debemos pedir perdón por cuantas veces vimos sentados en primera fila de la Iglesia Catedral a Cristino Nicolaides o Suarez Masón y seguimos de largo a recibir la común-unión como si nada pasara. Debemos pedir perdón por callar frente a tanto atropello contra la dignidad de nuestros hermanos/as.
Debemos pedir perdón por no alzar nuestra voz como Comunidad frente a la complicidad de nuestro obispo de aquella época, Mons. Rubén Héctor Di Monte con la dictadura militar.
Son heridas que no cierran. Cerrarán el día que haya verdadera justicia. Cerrarán el día que pidamos un sincero y profundo perdón como Iglesia. Cerrarán el día que seamos verdaderamente fieles al Evangelio de Jesús y a la vida que de Dios nos viene dada.
Cristian@s de Base

No hay comentarios:
Publicar un comentario